Por no mencionar al perro

Es una novela sobre viajes en el tiempo, con las implicaciones que ello supone a nivel de narración, donde los pequeños giros de la trama cobran vital importancia.
Las máquinas del tiempo son sólo empleadas por historiadores, ya que el tiempo se protege a sí mismo y no es posible enviar a nadie a un momento histórico en el que pueda alterar significativamente el curso de la historia. Esto evita las tentaciones de modificar la historia a su antojo, o un posible saqueo a través del tiempo, que es lo primero que se le ocurriría a alguien
Los viajeros del tiempo intentan reconstruir la catedral de Coventry hasta su más mínimo detalle, y eso lleva al protagonista Ned Henry a la búsqueda del tocón del pájaro del obispo (un objeto imprescindible para la reconstrucción con total fidelidad de la catedral).
El cansancio y desorden temporal tras tantos viajes hace que Ned se retire a unas pequeñas vacaciones en la Inglaterra victoriana de 1888. Vacaciones que resultan ser todo menos eso, ya que una serie de paradojas temporales harán que los personajes vivan múltiples peripecias… por no mencionar al perro…

Una serie de incongruencias y su resolución, constituyen el eje principal de la trama, donde el objetivo final estriba en que el continuum temporal no se colapse tras sucesivas modificaciones históricas que desborden su capacidad de reconstrucción.
No quiero estropear su posible lectura por lo que no entraré en más detalles
El libro también tiene sus defectos, y creo que el principal es su elevado número de páginas, que resulta excesivo y muchas veces no resultan de gran contribución al relato.
De todas maneras el veredicto final es positivo, y es un libro totalmente recomendable, no en vano ha ganado los prestigiosos premios Hugo y Nébula
Bikos e apertas
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