5 de febrero de 2010

Javier Krahe

El sábado pasado fui a un concierto del cantautor Javier Krahe a la sala Galileo Galilei.

Ya hacía unos cuantos años de la última vez que le vi en otro de sus lugares habituales de Madrid, el Café Central; así que ya tocaba ver de nuevo en directo al maestro de la canción satírica

Salió al escenario con su sempiterna imagen de golfo de varias décadas, aunque eso sí, sin su inseparable cigarrillo en la mano (cosas de las prohibiciones esas... ).

Krahe ya desde el principio hizo gala de una gran ironía, con canciones sobre temas cotidianos pero tratados desde el ángulo de la farsa. Y como siempre, canta lo que le da la gana, por lo que ninguno de sus conciertos es igual al anterior.


Acompañado de Andreas Prittwitz al saxo y la flauta, Fernando Anguita al contrabajo, y Javier López de Guereña a la guitarra, fue desgranando como sólo él sabe hacer un buen puñado de historias marca de la casa hechas canción: Genoveva, Conócete A Ti Mismo, Como Ulises, la fantástica Dos De Mayo (en la que el día dos echa a su mujer de casa - es francesa - y el día tres le suplica que vuelva), La Yeti, Las Antípodas, En La Costa Suiza (parábola en la que un pescador tira al mar cada noche el dinero que le sobra para amanecer cada día empezando de cero, sin duda la que más me gustó), ...Y Todo Es Vanidad, Alta Velocidad, Abajo El Alzheimer,... y muchas otras de las que no recuerdo los títulos

Dejo las pocas fotos que saqué en el concierto y un nontaje que me encontré en youtube sobre la canción En La Costa Suiza:


Pese a sus décadas sobre los escenarios, asistir a un concierto de la antiestrella Krahe constituye un soplo de aire fresco, es un artista que graba lo que se le antoja y canta lo que quiere y/o apetece en cada actuación, y además hace que se disfrute de una manera especial

Bikos e apertas

1 comentarios:

Félix dijo...

Recuerdo el concierto previo en el Central. 23 de Julio de 2001. Estuvimos juntos. Trío frecuente por entonces. El menda, de chaqueta y corbata. Había leído el PFC hacía unas horas. Vuela el tiempo.