25 de agosto de 2008

Iron Maiden / Praga

Después de la cara de tontos que se nos quedó al no poder ver a Iron en Zaragoza, Santi y yo estuvimos rumiando durante una temporada una solución... y decidimos que verles en Praga era una buena alternativa


Yo ya había estado en Praga hace muchos años, pero volver y de paso ir a un concierto de Iron Maiden sonaba bastante bien. Así que compramos las entradas y los vuelos, liamos a Jesús y a Jorge, y nos fuimos el 8 de agosto por la mañana a Praga.

Allí nos esperaba Agus (un gran amigo que ahora tiene su vida por allí) que al final se apuntó también al concierto. Una comida reparadora, las primeras cervezas y un pequeño descanso en el hotel nos fueron preparando para el evento.


A medida que nos íbamos acercando al estadio las camisetas negras de Iron dominaban por todas partes... se respiraba el ambiente típico de los momentos inolvidables. Asistir a un concierto de la gira Somewhere Back In Time significaba volver a escuchar las canciones de los ochenta del grupo, creo que su mejor momento.


Unas cervezas al lado del estadio y para dentro. El concierto empezó con una puntualidad a la que uno no está acostumbrado

Tras la intro con las palabras We shall never surrender!... de Winston Churchill, Iron Maiden nos apabulló con un montón de clásicos: Aces High, 2 Minutes To Midnight, Revelations, The Tropper, Wasted Years, The Number Of The Beast, Run To The Hills, Rime Of The Ancient Mariner, Powerslave, Heaven Can Wait, Can I Play With Madness, Fear Of The Dark, Iron Maiden, Moonchild, The Clairvoyant, y Hallowed Be Thy Name.


El sonido no fue muy bueno, pero francamente el concierto fue apoteósico: escuchar las canciones con las que empecé a disfrutar de la música, ver al grupo desplegando una energía increible (Bruce Dickinson está hecho un chaval), a Eddie Cyborg haciendo de las suyas (algún día los fans de Iron se enterarán de cómo diablos hacen para que el pedazo de muñeco de más de tres metros se mueva como se mueve...), la salida de la gran momia,... y encima en Praga, qué puedo decir ¡brutal!

¡Up The Iron!

La vuelta en tranvía fue muy divertida: ¡Españolo! ¡Airon Meiden! ¡Sparta! Después unas cervezas por Praga y a dormir.

Al día siguiente un poco de turismo, Praga sigue siendo una ciudad encantadora y mágica con muchos lugares cautivadores. Nada más empezar el paseo vimos la Torre de la Pólvora, después visitamos la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn (donde está enterrado el astrónomo Tycho Brahe) y vimos el Reloj Astronómico en acción.

Cruzamos el Moldava a través del Puente de Carlos con su conjunto de sobrecogedoras estatuas, y llegamos al barrio de Mala Strana. Visitamos el Castillo de Praga , una gran fortaleza medieval que contiene en su interior, aparte de muchos otros monumentos arquitectónicos, la maravillosa Catedral de San Vito.


Cenamos en el Barfly (que no era el antro que uno espera con ese nombre...), y finalizamos el día tomando unas cervezas en el Batalion, un garito interesante donde de nuevo escuchamos alguna canción de Iron

El domingo por la mañana lo aprovechamos para visitar el barrio judío y entrar en la Sinagoga Vieja Nueva, para mi siguiente paso por la ciudad queda el cementerio judío... a ver si a la tercera va la vencida...

La última visita nos llevó hasta La Casa Danzante, un edificio bastante curioso. El punto final del viaje antes de salir para el aeropuerto fueron unas estupendas cervezas ¡cómo no!


Dejo las fotos del fantástico fin de semana en Praga, las del concierto no son gran cosa, pero estuve allí

Bikos e apertas

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