15 de enero de 2010

Avatar

Sí, yo tampoco pude resistirme y fui a ver Avatar en 3D , dirigida por el casi siempre interesante James Cameron.

La trama de Avatar nos sitúa en el año dos mil ciento y pico en el satélite de Polifemo, Pandora, en el sistema estelar Alfa Centauro; lejos, muy lejos

Las reservas energéticas de la Tierra se han ido agotando y los humanos han detectado que pueden suplir sus necesidades de energía con unobtainium, un mineral que se acumula en grandes cantidades bajo las vírgenes tierras de los Na´vi, los aborígenes que pueblan el satélite Pandora en perfecta comunión con la naturaleza.

La Tierra envía a Pandora un ejército mixto formado por militares y científicos; los primeros para hacer pupita a los aborígenes en caso de ser atacados y tomar por las malas lo que no se consigue por las buenas, y los segundos encargados de establecer una relación amistosa con los Na´vi encaminada a obtener un rendimiento comercial.

La cúpula de esos investigadores cuenta cada uno con un avatar, una réplica con sus rasgos pero la apariencia de un habitante de Pandora: mucho más altos y estilizados, con una cola capaz de establecer conexión con otros animales y plantas, y de una brillante piel azul.

Al mando de la dotación científica está Grace (Sigourney Weaver), que solicita un reemplazo tras la baja de uno de sus mejores hombres. El sustituto resulta ser el hermano gemelo Jake, ya que el avatar se crea a partir del ADN. Se trata de un ex-marine con mucho instinto pero escasa competencia científica. De ahí que sea el elegido por los mandos militares como su quinta columna dentro de los científicos.

En su primera expedición en el exterior se pierde del resto de avatares de los científicos y comprueba la hostilidad para cualquier terrícola de un medio tan exuberante. Cae en manos de Neyriti, la heredera de los monarcas de Pandora, quien le presenta ante la comunidad, que finalmente decide educarle en sus costumbres.


La educación tribal del avatar de Jake pone a prueba su estado físico y mental, pues los indígenas son capaces de trepar de árbol en árbol sin derramar una gota de sudor ni dar muestras de cansancio, mientras que él, en su vida como terrícola, se mueve gracias a una silla de ruedas.

Poco a poco se integra como uno más de los habitantes de Pandora e interioriza su respeto hacia el medio en el que viven; tanto, que cuando los humanos le piden que ayude a convencer a la tribu para moverse de sus asentamientos sagrados (donde el mineral es más abundante) sus convicciones éticas se resienten. A partir de este momento de la trama el ritmo y la tensión de la película se disparan.

El ejército humano cuenta con un potente arsenal mientras que los habitantes de Pandoran usan arcos y flechas y se mueven gracias a unos pájaros gigantescos, a quienes deben domesticar tras una lucha a muerte, pues cada ser tiene asignado a uno de estos animales como transporte exclusivo siempre que supere ese rito iniciático.

Cuando la tensión polìtica intergaláctica se dispara, James Cameron debe contestar una importante pregunta: ¿cómo resolver una lucha tan desigual? Algo que por supuesto no voy a contar

La película de James Cameron tiene un nivel técnico simple y llanamente sorprendente, perfecta a nivel visual y de indudable belleza, pero le achaco el plantear una trama de manera algo superficial e inocente , echo de menos un poco de oscuridad.

Como muestra de la potencia visual de la película dejo el trailer:


La historia retorna a lugares muy conocidos: una cultura, con una equivocada idea de civilización, enfrentada a otra (en este caso, otra forma de vida) de la que no conoce absolutamente nada, hasta que un integrante de la primera se ve inmerso en la segunda, y sólo desde dentro llega a entenderla. Pero no por ser manida resulta una historia pasada de moda, desgraciadamente siempre ha sido así desde que el hombre es hombre

Al salir de ver la película, no podía dejar de pensar en que si se sustituye a los Na'vi por indios americanos, y los marines por el séptimo de caballería, se tendría una típica historia del oeste, donde los indios son los buenos y los soldados de caballería los malos muy malos...

Buceando en internet he encontrado una comparativa entre los guiones de Avatar y de Pocahontas que refleja las grandes similitudes entre ellos, no exenta de bastante razón:


E incluso encontré un ingenioso trailer con las imágenes de Pocahontas:


En la película se desencadena una coherente historia de amor entre los dos protagonistas centrales, basada en la capacidad de saber mirar. Un plano tan sencillo como el de Neyriti besando los ojos de un Jake moribundo, despojado de su apariencia de avatar, enriquece enormemente la película

La sencillez y previsibilidad de la historia no deslegitima que sea una gran metáfora de la vida, que los humanos están a punto de destruir; es un bello relato de la defensa de un mundo armónico y en equilibrio con un fantástico trabajo técnico detrás.

El efecto 3D me dejó bastante mareado, no sé si debido a la baja calidad de las gafas o por la desorientación provocada por la falta de costumbre, pero aún así resulta un alarde técnico.

Bikos e apertas

10 de enero de 2010

Xuntanza Agus

El sábado 12 de diciembre del año pasado tuvo lugar la Xuntanza Agus con motivo de su visita relámpago a Madrid , por segundo año conesecutivo desde que vive en Chequia.

Como el hombre tenía mono de marisco nos fuimos a cenar toda la tropa a La Sirena Verde, no es un club de strip-tease eh . La cena estuvo muy bien, aunque algun@s de la panda sufrieron algún desarreglo estomacal, quizá no estaba bueno del todo...

Después nos fuimos a tomar algo y escuchar algo de música al Wurlitzer, donde Silvia aprovechó para empezar a sacar unas cuantas fotos de la xuntanza.

En esta aparecemos casi todos: Dani, Sil, Carol, yo, Jorge, Agus, Carlos, Raúl; falta Nieves, que le tocó inmortalizar el evento



Y en esta Dani, yo, Carol, Nieves, Carlos, Agus, Jorge y Raúl, esta vez le tocó a Silvia tomar los mandos de la cámara:


Para finalizar la noche fuimos a tomar una copilla al Atomium (enfrente del Honky Tonk), donde la música española y una charla animada amenizó la velada.

Ahora a esperar la xuntanza del año que viene, que a Agus se le echa de menos


Bikos e apertas

4 de enero de 2010

Invisible

El último libro, Invisible, de Paul Auster me ha fascinado, sus múltiples narraciones superpuestas y varios narradores constituyen todo un ejercicio de estilo literario, algo a lo que Auster me ha acostumbrado desde que le descubrí

La historia arranca con un joven Adam Walker aspirante a poeta que estudia en la universidad de Columbia en el año 1967, en una fiesta conoce al inquietante mecenas francés Rudolf Born (que comparte apellido con Bertrand de Born, el poeta que lleva su cabeza en las manos, desterrado al infierno de Dante por incitar a su príncipe a la rebelión) y a la bella Margot (a la que imagino con ese aspecto de femme fatale tan francés ).

Rudolf le propone a Adam la creación de una revista literaria, pero todo se va al traste tras la aventura de este último con Margot y el salvaje asesinato de un pobre atracador.

Y ahí es donde empieza el cruce de narraciones, el relato dentro del relato al que tanto me tiene acostumbrado Auster . Narraciones que se convierten en textos a corregir, entradas en un diario, notas de un moribundo enmendadas por otro narrador, textos que cambian de persona para elevar su tono literario, personajes que se esconden tras otros nombres con ánimo de disfrazar de mentira la verdad, aludidos que reniegan de los hechos contados.

Tal vez la verdad es invisible.

Al pasar capítulo nos enteramos de que lo que hemos leído es la narración que Adam envía décadas después a un antiguo compañero de universidad convertido en un escritor famoso, James Freeman, para retomar su amistad y para que evalúe la calidad del escrito de cara a una futura novela llamada provisionalmente 1967.

¿Cuánto de verdad hay entonces en la narración de Adam? Ninguna, toda, o la que libremente queramos asumir como cierta. Freeman consigue que Adam le envíe desde su lecho de muerte una segunda parte, en la que se narra en segunda persona, una escabrosa relación incestuosa entre Adam y su hermana Gwyn, sin ahorrar ningún tipo de detalle íntimo. La narración se interrumpe en el momento en que el joven Adam viaja a París. Al fin y al cabo siempre nos quedará París

Eso es precisamente lo que eres: imposible. En cuanto la palabra se escapa de los labios de tu hermana, lamentas tu chiste sin gracia, y durante lo que queda de la velada y el día siguiente, ese término te golpea como una maldición, como una repulsa de lo que eres, de quién eres. Sí, imposible. Tu vida y tú sois imposibles, y te preguntas cómo demonios te las has arreglado para encontrarte en ese callejón sin salida de desesperación y odio hacia ti mismo.

Si tienes algo roto por dentro, tendrás que arreglártelo con tus propias manos.

Freeman apremia a Adam para que se vean porque siente que su tiempo se está acabando. La tercera parte de la novela llega a manos del escritor tras el fallecimiento de su autor y son una serie de notas abocetadas que James Freeman reelabora en tercera persona para dotar de cuerpo a la narración.

En las notas se cuenta la relación de Adam con Born en París; su amistad con su prometida, Hélène, y sobre todo con la hija de ésta, Cécile, enamorada en secreto de Adam y que no le cree cuando le revela sus dudas éticas sobre el prometido de su madre y el asesinato a navajazos del joven ratero Cedric Williams en Nueva York. También se narra el fugaz y tórrido reencuentro de Adam con Margot.

Se pregunta si las palabras no serán un elemento esencial de la sexualidad, si hablar no es en definitiva una forma más sutil de acariciar, y si las imágenes que bailan en nuestra cabeza no son igual de importantes que los cuerpos que abrazamos. Margot le dice que acostarse con alguien es lo único que cuenta en la vida para ella, que si no pudiera mantener relaciones sexuales seguramente se suicidaría para escapar del aburrimiento y la monotonía de estar atrapada en su propia piel.

El libro concluye con la entrevista de Freeman con Cécile y el diario que ella le entrega en que da cuenta de su visita a un crepuscular Rudolf Born, pocos años antes de su muerte, en una remota isla del Caribe, un paisaje moral que parece entonces sacado de Joseph Conrad y su El Corazón de las Tinieblas, donde lo civilizado pierde parte de su disfraz para enseñar su lado salvaje e inhumano

Al finalizar la lectura queda el poso de querer conocer más a ese oscuro personaje, Rudolf Born, que podría ser a un tiempo un espía, un mecenas literario o un vulgar matarife. Siempre en boca de otros, es el motor del relato, pero sin la posibilidad de narrar su propia historia, siempre invisible, siempre en las tinieblas.

Bikos e apertas

pd: ¿Quién conoce los deseos secretos de otra persona? A menos que los lleve a la práctica o hable de ellos, tú no tienes la menor idea.