20 de agosto de 2009

La nave de un millón de años

En La nave de un millón de años, de Poul Anderson, asistimos al largo viaje a través de la historia de un grupo de humanos nacidos con el don de la inmortalidad.

Los personajes pasan por un gran número de vicisitudes, normalmente alejados del devenir histórico como meros espectadores, procurando esconderse y mantenerse vivos: no mueren por enfermedades ni envejecen, y se recuperan rápidamente de las heridas, pero pueden morir si se les hace pupa y cuando se tienen tantos años por delante hay que cuidarse...

Estos personajes se convertirán no en viajeros del tiempo sino en viajeros a través del tiempo. Serán testigos de las alegrías y penurias de la humanidad... tendrán que convivir con la incomprensión, el miedo y la envidia y siempre estarán perseguidos por los que no entienden su naturaleza.

Quizá su vida a través de la historia lo hubiera vuelto un poco paranoico, pero había aprendido que cada hora de libertad era un don precioso que se debía saborear plenamente y almacenar donde no pudieran irrumpir ladrones.

Su inmortalidad no evita que sean tan mediocres o brillantes como es posible ser, tan generosos o mezquinos y tan indefensos ante las agresiones como cualquier mortal, esa es la interesante idea central de esta novela

Cada cual vive en su propio mundo, y esos mundos cambian deprisa.

Los inmortales tienen que cambiar de identidad innumerables veces, trasladarse a otro lugar cuando ven peligrar su vida, viajar e intentar encontrar a otras personas poseedoras de su misma capacidad, todo para combatir la soledad o para crear vínculos en un mundo que les es totalmente extraño.

¿Qué es la vida sino siempre decir adiós?

El relato tiene dos partes diferenciadas, en la primera vamos conociendo a los inmortales (son pocos y repartidos geográficamente por todo el mundo), y cómo progresivamente van entrando en contacto unos con otros, sirviendo esto de excusa para que el autos nos demuestre sus conocimientos de historia. El arco temporal que abarca esta parte va desde el siglo IV antes de Cristo hasta finales del siglo XX. No puedo poner en tela de juicio algunos de los momentos históricos relatados ya que están muy difuminados en mi memoria, así que confío en el autor y hago auto de fe y si se equivoca, qué más da realmente...

En una larga vida, aun una persona estúpida aprende algo.

En la segunda, mucho más corta, nos encontramos en un futuro más o menos remoto surgido a partir del momento en que los inmortales revelan su naturaleza al resto de la humanidad, lo cual permite en pocos decenios extender los beneficios de la inmortalidad a todo el mundo. El efecto de ese supuesto beneficio, lejos de resultar beneficioso, provocará que los nuevos inmortales caigan en el hedonismo y la vagancia... Finalmente los inmortales de viejo cuño se embarcarán en un viaje interplanetario en la búsqueda de nuevos horizontes, tal vez en un viaje de un millón de años...

Mientras los hombres y mujeres continúen viajando, serán humanos.

Resulta una buena lectura, aunque algo aquejada de obesidad: ¿para qué tantas páginas y capítulos? Un defecto que no soporto con facilidad ; y con una segunda parte muy poco mimada por el autor: si bien en la primera parte se repasan innumerables acontecimientos históricos, la parte dedicada al futuro no tiene el mismo peso ni la misma relevancia.

Otra nota negativa es que la vida de algunos inmortales es descrita con gran profundidad, mientras que para otros apenas se dan unas pinceladas, esto tiene el efecto de desequilibrar la novela en algunos momentos y provocar altibajos.

Continuamente se viene a la cabeza la película Los Inmortales, fuente de la que el libro parece beber, pero aportando mucho más. Estamos ante una novela bastante reflexiva en la que se combina historia y aventuras con un análisis filosófico de la evolución de la humanidad, de forma muy amena y con una prosa envidiable.

Bikos e apertas

pd: Vuestro mundo ha funcionado sin problemas durante tanto tiempo que podéis creer que el sistema es estable. No lo es. Nada humano lo fue jamás. Leed Historia.


4 de agosto de 2009

El misterio de Stonehenge

El misterio de Stonehenge es una novela del Gran Maestro de la ciencia ficción Jack Williamson, del que ya leí en su día la muy superior Terraformar la Tierra

Cuando el profesor Derek Ironcraft descubre en unas fotos de satélite unos restos similares al círculo de Stonehenge enterrados bajo las arenas del Sáhara, decide junto a tres amigos docentes (Will Stone, Lupe Vargas y Ram) desplazarse a la zona e investigar los restos.

Allí se encuentran una antigua estructura, una puerta de comunicación entre planetas que une la Tierra con mundos lejanos, donde descubrirán maravillas y horrores que superan lo imaginable.

Las puertas funcionan en un solo sentido, y cada vez que cruzan una de ellas no saben si aparecerán de regreso en la Tierra o en cualquier otro planeta maldito fuera incluso de nuestra galaxia.


A través de la narración en primera persona de Will Stone, asistiremos a las peripecias del grupo saltando de mundo en mundo, a veces mundos misteriosos en los que la vida ha huido dejando el misterio de las causas de la caída de la civilización que construyó las puertas

La evolucion crea formas similares en nichos parecidos, pero no se repite.

(aunque esa frase no resulta del todo convincente según las nuevas teorías de universos paralelos... )

Así, de maravilla en maravilla y de situación angustiosa a peligrosa, se va desarrollando la novela en un sin parar de aventuras con parcas descripciones y donde todo lo que se van encontrando los protagonistas no sólo es incomprensible para ellos sino para el propio lector. Williamson nos da escasas pinceladas de esos mundos hasta que llega a uno, mucho más atrasado que el terrestre, donde transcurre la mitad de la novela y en el que ya puede desarrollar a placer una sociedad dividida entre blancos y negros.


Los protagonistas se convierten en testigos pasivos de la narración, dejando que las cosas sucedan a su alrededor sin llegar en momento alguno a implicarse en la acción, simplemente observando y dando testimonio de los hechos.

Chocamos con realidades raras. pero las esperanzas y las visiones hacen que continuemos.
Y lo que estamos aprendiendo es maravilloso.

Resulta una lectura entretenida, aunque a veces demasiado ingenua. Busca la sorpresa pero no siempre lo consigue, se echa de menos algo más que una mera exposición de maravillas, una pequeña justificación: los protagonistas no se cuestionan todo lo que les ocurre, sino que lo aceptan al momento y continúan en su aventura en una especie de huida hacia delante, saltando de planeta en planeta sin explicación alguna

Nos quedamos sin saber cómo funcionan las puertas, que sólo gracias a una piedra preciosa que lleva colgada al cuello uno de los protagonistas pueden activarse. Esa característica de no saber se va desarrollando en toda la obra, dando el autor la explicación sencilla de que la civilización que intentan investigar es muy avanzada siendo incomprensible para ellos, pobres terrestres

Otro detalle negativo es la traducción del título, en inglés es The Stonehenge Gate (La Puerta de Stonehenge), mucho más acertado que la traducción al español; aunque Stonehenge es nombrado de pasada y parece más un truco para atraer lectores, nada tiene que ver con la novela.

Y la explicación que se saca de la manga Williamson sobre el origen de la humanidad, en fin...

Bikos e apertas

1 de agosto de 2009

Anti-Karaoke

A mediados de julio una nueva visita al Anti-Karaoke, a pasar un buen rato escuchando a la tropa que se decide a salir y a veces deleitarnos con una buena interpretación.

Ya hace bastante tiempo del evento y apenas recuerdo las canciones así que no me arriesgaré a poner una lista (tampoco en la web aparece la crónica de ese día...),

Sólo decir que Santi volvió a subirse a un escenario y nos ofreció una actuación de rock star casi consagrada


Dejo, eso sí, las fotos de esa noche, que para mí fue mi tercer Anti-Karaoke.

Bikos e apertas


Actualización: Ya está la crónica del día en la página de Anti-Karaoke.