4 de agosto de 2009

El misterio de Stonehenge

El misterio de Stonehenge es una novela del Gran Maestro de la ciencia ficción Jack Williamson, del que ya leí en su día la muy superior Terraformar la Tierra

Cuando el profesor Derek Ironcraft descubre en unas fotos de satélite unos restos similares al círculo de Stonehenge enterrados bajo las arenas del Sáhara, decide junto a tres amigos docentes (Will Stone, Lupe Vargas y Ram) desplazarse a la zona e investigar los restos.

Allí se encuentran una antigua estructura, una puerta de comunicación entre planetas que une la Tierra con mundos lejanos, donde descubrirán maravillas y horrores que superan lo imaginable.

Las puertas funcionan en un solo sentido, y cada vez que cruzan una de ellas no saben si aparecerán de regreso en la Tierra o en cualquier otro planeta maldito fuera incluso de nuestra galaxia.


A través de la narración en primera persona de Will Stone, asistiremos a las peripecias del grupo saltando de mundo en mundo, a veces mundos misteriosos en los que la vida ha huido dejando el misterio de las causas de la caída de la civilización que construyó las puertas

La evolucion crea formas similares en nichos parecidos, pero no se repite.

(aunque esa frase no resulta del todo convincente según las nuevas teorías de universos paralelos... )

Así, de maravilla en maravilla y de situación angustiosa a peligrosa, se va desarrollando la novela en un sin parar de aventuras con parcas descripciones y donde todo lo que se van encontrando los protagonistas no sólo es incomprensible para ellos sino para el propio lector. Williamson nos da escasas pinceladas de esos mundos hasta que llega a uno, mucho más atrasado que el terrestre, donde transcurre la mitad de la novela y en el que ya puede desarrollar a placer una sociedad dividida entre blancos y negros.


Los protagonistas se convierten en testigos pasivos de la narración, dejando que las cosas sucedan a su alrededor sin llegar en momento alguno a implicarse en la acción, simplemente observando y dando testimonio de los hechos.

Chocamos con realidades raras. pero las esperanzas y las visiones hacen que continuemos.
Y lo que estamos aprendiendo es maravilloso.

Resulta una lectura entretenida, aunque a veces demasiado ingenua. Busca la sorpresa pero no siempre lo consigue, se echa de menos algo más que una mera exposición de maravillas, una pequeña justificación: los protagonistas no se cuestionan todo lo que les ocurre, sino que lo aceptan al momento y continúan en su aventura en una especie de huida hacia delante, saltando de planeta en planeta sin explicación alguna

Nos quedamos sin saber cómo funcionan las puertas, que sólo gracias a una piedra preciosa que lleva colgada al cuello uno de los protagonistas pueden activarse. Esa característica de no saber se va desarrollando en toda la obra, dando el autor la explicación sencilla de que la civilización que intentan investigar es muy avanzada siendo incomprensible para ellos, pobres terrestres

Otro detalle negativo es la traducción del título, en inglés es The Stonehenge Gate (La Puerta de Stonehenge), mucho más acertado que la traducción al español; aunque Stonehenge es nombrado de pasada y parece más un truco para atraer lectores, nada tiene que ver con la novela.

Y la explicación que se saca de la manga Williamson sobre el origen de la humanidad, en fin...

Bikos e apertas

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