1 de mayo de 2009

El bisturí de Darwin

En esta novela de Dan Simmons, Darwin Minor es un experto en reconstrucción de accidentes que recibe llamadas a todas horas del día o de la noche que solicitan su presencia en escenas de accidentes dificilmente creíbles, cuadros estremecedores de metal y sangre.

El título del libro juega con la máxima de Guillermo de Occam y el propio pensamiento del protagonista:

La navaja de Occam: Siendo iguales todas las demás circunstancias, la solución más simple normalmente es la correcta. Guillermo de Occam (siglo XIV)

El bisturí de Darwin: Siendo iguales todas las demás circunstancias, la solución más simple normalmente es una estupidez. Darwin Minor (siglo XXI)

Darwin, que trabaja para una compañía investigadora de reclamaciones fraudulentas de California, dirigida por una pareja fanática de los coches americanos, utiliza la ciencia (es licenciado en física) y el instinto para descubrir las causas reales de los desastres automovilísticos.

Uno de los inconvenientes de ser especialista en reconstrucción de accidentes,es que casi en cada kilómetro de cada maldita carretera te acecha el recuerdo de la estupidez fatal de alguien.

Los estropicios que se le presentan a Darwin (
el nombre de Darwin no es casualidad) están sacados de los Premios Darwin (de ahí la referencia en el título del libro); estos premios se se conceden a aquellos que mueren de la forma más estúpida posible, protegiendo así a la Humanidad de sus genes (mejorándola desde el punto de vista darwiniano de la evolución), siempre que no maten a otros. Resulta muy instructivo bucear por la página oficial de los Dawin Awards, ya que recoge con sentido del humor y bastante cinismo cientos de casos, cada uno más estúpido que el anterior...

Dan Simmons ilustra con varios de esos casos (reales) un thriller bastante bien construido donde la trama se va complicando al suceder una serie de accidentes aparentemente aleatorios dentro de una trama de cobros de seguros fraudulentos. El Dr. Darwin se ve envuelto en una trama de investigación en torno a las actividades de un grupo mafioso, las reclamaciones de seguros en California por accidentes amañados, y la presencia de elementos de la mafia rusa en suelo americano. Ya está el tinglado montado

Nuestro héroe tiene una visión llena de cinismo (la inteligencia de cualquier organismo disminuye en proporción directa al número de cabezas que posee) y también su parte culta, con constantes referencias a los estoicos (en particular a Epicteto: para la criatura racional, sólo lo irracional es insoportable; lo racional siempre lo puede soportar. los golpes no son intolerables por naturaleza) y Marco Aurelio (que recoge en sus Meditaciones: y si os esforzáis por vivir solamente aquello que es verdadera vida, que es el presente... entonces seréis capaces de pasar esa porción que os queda hasta el momento de la muerte libres de perturbaciones, noblemente y obedientes a vuestro propio daimon (al dios que se encuentra en el interior de vosotros mismos)).

Pero Darwin Minor también tiene recursos que se remontan a una época de su vida como tirador de élite en los marines que daba por enterrada y olvidada, cuando buscaba los ideales de control del miedo espartanos: la katalepsis (posesión), que es la perturbación de los sentidos ocurrida cuando el propio terror o la ira usurpan el dominio de la mente.

Estar solo requiere un valor especial... quedarse a solas con tus miedos, con tus dudas. No se puede extraer fuerza de nadie, excepto de uno mismo. Ese valor no es el que se suele ver, de tipo más superficial, estimulado por el flujo de la adrenalina. Y tampoco es el valor que procede del miedo de que otros piensen que eres un cobarde.


El resultado entretiene, aunque al final el síndrome Rambo americano salga a relucir : héroe con pasado oscuro que llegado el momento le servirá para devolver los golpes de la adversa fortuna, que si luché en la guerra, que si era francotirador, etc, se habla de armas hasta la extenuación; y como todo best-seller: la lucha entre buenos y malos implacables y crueles, el beso con la heroína atractiva, inteligente, femenina y competente...

Como creo que ya he comentado alguna vez, este tipo de libros
abusan de un elevado número de páginas, con la mitad sería más que suficiente...

Sin duda lo más interesante del libro resulta cuando se describe el trabajo del protagonista, descrito con gran humor; recordar el monjicidio con cañón de pollos aún me hace sacar una sonrisa

Este libro, aunque entretenido a ratos, está muy lejos de la calidad de otras obras de Simmons: la fantástica saga de Hyperion (Hyperion, La caída de Hyperion, Endymion, y El ascenso de Endymion), o el relato del asedio de Troya reconstruido en un lejano futuro con elementos de ciencia ficción, del que he leído los dos primeros libros (Ilión: El asedio y La rebelión), en breve iré a por los dos siguientes: Olympo: La guerra y La caída).

Decidme dónde se puede escapar a la muerte: averiguad cuál es el país, mostradme a qué hombres debo dirigirme a los cuales la muerte no visite. Descubridme un talismán contra la muerte. Si no lo tengo, ¿qué queréis que haga No puedo escapar a la muerte, ¿debo por tanto morir lamentándome y temblando...? Es decir, que si puedo cambiar los signos externos de acuerdo con mi voluntad, los cambio, pero si no puedo, estoy dispuesto a arrancar los ojos de aquel que me lo impida.
Epicteto

Bikos e apertas

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