6 de junio de 2007

Polonia 2005

En el año del diablo de 2005 cuatro intrépidos y aguerridos aventureros (Tom, Fer, Marta y Vibesku) decidieron realizar una incursión en Polonia tras escuchar de manera compulsiva El Anillo de los Nibelungos de Wagner.

Decidimos aproximarnos al lugar en cuestión vía Berlín (¡cómo no!) y en esa ciudad teutónica nos agenciamos un vehículo motorizado para entrar subrepticiamente en Polasia

Tras atravesar la frontera y aprovisonarnos de otys llegamos a Szczecin, de ahí hacia el norte hasta Miedzyzdroje, justo en el extremo de la frontera con Alemania.

Bordeando el Báltico, una zona espectacular, llegamos a Kolobrezg y de ahí a Gdansk (cuna de Solidaridad). Ahí nos dimos cuenta de lo que duran los otys (cuatro de ellos pagaron una ronda de cervezas, un euro).

Ya que estábamos por la zona (cosas de la casualidad y la causalidad ) nos acercamos a Malbork, el castillo medieval más grande de Europa, de la Orden Teutónica. Increíble.

Más carretera (vino bien mi experiencia en tierras portuguesas...) y llegamos a Torun, ciudad natal de Copérnico (personajes conocidos de Polonia, un, dos, tres, responda otra vez).

Y a Varsovia, en el centro del país. Cuesta creer que fuera completamente arrasada durante la segunda guerra mundial, es una ciudad moderna y llena de sitios (voy a aprovechar para escribir una de mis máximas: lo bueno de los sitios es que no se mueven, se puede ir en cualquier momento ).

Siguiente parada: Cracovia, cerca de la frontera con la República Checa y a orillas del río Vístula. Me quedé con la impresión de que es como el yang anárkiko de Varsovia, mientras en esta se respiraba orden, en Cracovia se ve un ambiente de libertad.

Muy cerca se encuentran las Minas de Wieliczka, una de las minas de sal más grandes del mundo donde hay galerias subterráneas a unos 300 metros de profundidad. Destaca la capilla de San Antonio de aproximadamente 30 metros de largo y otros 30 de alto. Tras la visita era hora de tomarse unas cervezas en el que quizá sea el bar más profundo que existe, a 150 metros de profundidad

Saliendo de Cracovia a mano izquierda se llega a los campos de concentración de Auschwitz y Bikernau, no es muy agradable lo que en ellos se puede ver. Está totalmente "turistizado" pero debe mantenerse como símbolo de la monstruosidad humana, aunque no creo que sirva para demasiado...

Tras muchas cábalas el punto siguiente de nuestro viaje fue Wroclaw, un paseo por el centro y unas cervezas empezaron a desatar la sensación de que este viaje era de los buenos

Como lugar añadido a última hora nos desplazamos a Javor, en ese pequeño lugar una iglesia de madera nos sorprendió gratamente.

De allí nuevamente hacia la frontera y Berlín, donde nos esperaba un avión para traernos a casa y poder contar todas las aventuras de este viaje.

¡He sido yo, qué pasa!

¡Y aún nos quedaban otys!

Dejo como siempre un enlace a las fotos de Polonia 2005, una selección de las muchas que sacamos Fernando y yo. Espero que despierten la curiosidad de visitar ese país por descubrir, y que se vuelva con las mismas buenas experiencias que nosotros

Bikos e apertas

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