13 de noviembre de 2008

Los exploradores de Pórtico

Con este libro de Frederick Pohl finalizo la lectura de la saga de los Heechee, iniciada el año pasado con Pórtico, y continuada este año con Tras el incierto horizonte, El encuentro, y Los anales de los Heechee.

Los exploradores de Pórtico es un libro que no necesita ser leído al final de los otros cuatro, pero resulta conveniente para saber lo que se está cociendo sin que resulte un batiburrillo de información sin sentido

El libro está constituido por relatos cortos que ilustran las misiones de los exploradores de Pórtico y la insaciable curiosidad de la humanidad, y permiten conocer un poco más el choque cultural y tecnológico de la humanidad al entrar en contacto con los Heechee (esa misteriosa especie extraterrestre que nos visitó en su día...).

Hace mucho tiempo, quinientos mil años o así, unos nuevos vecinos se instalaron en las cercanías del sistema solar terrestre. Deseaban agradar a toda costa, en el caso de que lograran encontrar a alguien a quien agradar. De modo que un día se dejaron caer por el tercer planeta del sistema, el que actualmente conocemos como la Tierra, para ver si había alguien en casa.

No escogieron el momento más oportuno para hacer una visita. Bueno, en la Tierra había vida por doquier, de eso no cabe duda. El planeta rebosaba de vida.

Lo que no encontraron en ninguna parte fue inteligencia.Aún no había hecho su aparición, sencillamente.

El libro nos muestra un futuro de la humanidad, donde aunque el desarrollo tecnológico es brutal, el capitalismo ha derivado en un sistema con una gran diferencia entre ricos y pobres; donde los primeros disponen de todo lo que desean (certificado médico completo incluido, lo que les permite llegar a edades inimaginables), y los segundos apenas consiguen algo de comida que llevarse a la boca y deben luchar día a día por subsistir. Algo que francamente no me extrañaría demasiado...


De ese grupo de segunda de la humanidad es de donde surgen los exploradores que, en el afán de conseguir la liberación económica, se lanzan a la búsqueda de tesoros tecnológicos dejados por los Heechee como migas de pan para alguna especie que alcanzase la inteligencia.

El autor ahonda además en el entorno científico en el que se desarrolla toda la saga, incluso llega a explicar a grandes rasgos lo que son los púlsares.

En definitiva, una saga que debe ser leída por cualquiera que ame la ciencia ficción

Dormir no sólo consiste en tejer el viejo y enredado ovillo del descanso, sino que es un buen modo de perder de vista la realidad cuando se convierte en algo demasiado asqueroso para enfrentarse a ella.

Bikos e apertas

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