10 de abril de 2010

Salomé

El jueves pasado fui con Tom al Teatro Real a ver la ópera Salomé, drama musical en un acto de Richard Strauss, con libreto en alemán sobre la obra teatral homónima de Oscar Wilde.

Era el día del ensayo general y fuimos con invitación, fila 4 del Teatro Real, no está nada mal

La trama de la ópera se inspira en la historia bíblica de Salomé y Juan el Bautista, y transcurre en una noche de luna en la antecámara de la sala acorazada de un casino de Las Vegas donde el tetrarca Herodes Antipas hace las veces de jefe del casino, y la corte se constituye de crápulas, jugadores, vividores,...

La joven y casquivana princesa de Judea, Salomé, hija de Herodías, cansada de la fiesta que se celebra en el casino, para divertise solicita conocer al prisionero (Jokanaan - Juan, el bautista) que se encuentra en la cámara acorazada y que proclama la llegada inminente del Mesías.

Al verle se enamora perdidamente de su blanca piel, sus negros cabellos, su boca,... y trata de llevárselo al catre y enseñarle lo que es bueno al pobre Juan Pero... Juan la rechaza, y la despechada Salomé no puede concebirlo, nadie se había negado nunca a sus caprichos. Decide vengarse por las bravas del profeta.

Herodes, que no suelta la botella de ginebra ni un momento y libidinosamente no deja de admirar el cuerpo de su hijastra Salomé, le pide a esta que baile a cambio de concederle un deseo, cualquier deseo.

La despendolada y lujuriosa Salomé se lanza con la danza de los siete velos (en la que en la obra unos cuantos crápulas viejunos del casino acaban haciendo un desnudo integral) para deleite del pervertido Herodes. Al finalizar el baile Salomé pide la cabeza de Jokanaan en una bandeja de plata

Herodes intenta persuadirla para que acepte cualquier otra cosa que él puede ofrecerle: riquezas, joyas,... Pero Salomé se niega y no accede a las súplicas de Herodes, finalmente este accede a concederle su macabro deseo.

Así que Juan ve disminuida su estatura en... una cabeza , la cual es entregada a Salomé. Se inicia un largo monólogo en el que salomé declara enloquecidamente su amor hacia Juan: Ah, no quisiste besarme, ahora yo te besaré.

En el momento en que la perversa Salomé besa la cabeza sangrante del profeta, Herodes ordena a los guardias que la maten... y se cierra el telón.

Se dice que el sabor del amor es amargo.

Una interesante puesta en escena y una curiosa visión de la historia de Salomé y Juan; la calidad de los cantantes fue indiscutible (aunque al tratarse de un ensayo general no forzasen al másimo sus capacidades), y la música absorbente y que resaltaba el dramatismo. Y al haber sido gratis puedo ser totalmente objetivo: me gustó

Bikos e apertas

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