26 de diciembre de 2008

Icehenge

El libro Icehenge de Kim Stanley Robinson se desarrolla en un futuro en el que el ser humano ha roto sus límites biológicos y alcanza una prolongada existencia de varios centenares de años, pero con la contrapartida de que su memoria abarca la duración de una vida normal.

De esta manera la capacidad de recordar es limitada y no puede abarcar la totalidad de una vida. Cuando el hombre es incapaz de recordar muchas partes de su existencia ¿dónde queda entonces su identidad?

La novela narra un futuro en el que la humanidad ha establecido colonias en Marte y en varios satélites de Jupiter; donde existe un poder oligárquico, que unido a la gran longevidad humana, hace que la humanidad se encuentre parcialmente estancada.

El libro se estructura en tres partes espaciadas temporalmente por varios siglos, pero sin embargo muy relacionadas entre sí.

La primera parte transcurre en el año 2248 y se narra a través del diario personal de Emma Weil, una eminente científica cuyos conocimientos en sistemas biológicos de soporte vital son esenciales para el alzamiento de una rebelión contra el poder establecido que llevará a una expedición humana más allá de los confines del sistema solar.

Algo para dejar una huella en el mundo, algo para demostrar que estuvimos allí.

La segunda parte se sitúa en el año 2547, durante la investigación que el arqueólogo Hjalmar Nederland realiza en Marte para esclarecer lo ocurrido durante la rebelión.

Vivimos nuestras vidas como si constantemente estuviéramos despertando de un largo coma.

La última parte acontece en el 2610 y está protagonizada por Edmond Doya, nieto de Hjalmar Nederland. En ella se narra su fascinación por Icehenge, una estructura circular de bloques de hielo hallada en Plutón, y su relación con los acontecimientos marcianos.

Al principio fue el sueño, y el fruto del desencanto nunca acaba.

Resulta muy interesante su lectura, aunque a veces se tiene la sensación de una construcción plana de los personajes, ninguno llega del todo a dejar una huella importante tras finalizar el libro. Asimismo el entramado de la historia resulta algo forzado en ocasiones, como si algunas páginas fuesen descartadas en el último momento.

Aún así, el hecho de acercarse a los profundos laberintos psicológicos en los que puede caer una vida sin memoria hace que me haya sentido bastante entretenido

Bikos e apertas

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