12 de julio de 2009

Barbazul

Una novela de Kurt Vonnegut: Barbazul; en ella el protagonista, Rabo Karabekian, es un anciano que decide redactar su autobiografía, y la titula precisamente con ese nombre: Barbazul.

Ese es el secreto de cómo pasártelo bien escribiendo y asegurarte de alcanzar un alto nivel – me dijo Mrs. Berman -. No escribes para todo el mundo, ni para diez personas, ni para dos. Escribes para una sola persona.

Rabo es hijo de armenios que emigraron a los Estados Unidos tras escapar del genocidio turco; con el paso del tiempo se convierte en un gran dibujante, participa en la Segunda Guerra Mundial en una unidad de camuflaje, y logra, finalmente, hacerse famoso como uno de los pintores fundamentales del Expresionismo Abstracto.

Junto a Jackson Pollock, Mark Rothko (dos artistas que existieron realmente) y su amigo Terry Kitchen, Rabo forma parte de la revolución artística que supuso el Expresionismo Abstracto.

Contrariamente al arte figurativo, que aspira a eternizar el instante y, consecuentemente, mata la vida, el Expresionismo Abstracto logra una pintura líquida, en la que están presentes el nacimiento y la muerte


Dejadme decirlo de otra manera: la vida, por definición nunca está quiera. ¿Adónde nos lleva? Del nacimiento a la muerte sin altos en el camino. Hasta un cuadro de un plato de peras sobre un mantel a cuadros es líquido, si está pintado por el pincel de un maestro… pero los mejores expresionistas abstractos lo consiguieron, y en los cuadros verdaderamente buenos el nacimiento y la muerte están siempre presentes.

Rabo pinta sus cuadros utilizando la ultimísima novedad tecnológica, el Sateen Dura-Luxe (que según la publicidad era capaz de durar mucho más que los colores de la Mona Lisa
).

Cuando sus cuadros ya colgaban de los mejores museos norteamericanos, un imprevisto fallo técnico hace que la pintura se desprenda de la tela, y Karabekian termina siendo el hazmerreir del mundo artístico... Toda la prestigiosa obra de Karabekian queda reducida a nada. La modernidad, la vanguardia, puesta en ridículo como aquel emperador que iba desnudo.


Su colección de obras, obtenida como pago de préstamos por parte de sus compañeros de corriente artística, le convierte en el propietario de una de las más grandes colecciones de arte moderno, y de paso en millonario.

Pero le faltaba el valor o la sabiduría, o quizá sólo el talento, para indicar de algún modo que el tiempo es líquido, que un momento no es más importante que cualquier otro, y que todos pasan deprisa.

Vive un cómodo retiro aislado en su casa acompañado de su único amigo vivo, John Slazinger, un escritor que como él ha sido castigado por el fracaso. Irrumpe en sus vidas la escritora de éxito Circe Berman, que impulsa a Rabo a ir recordando fragmentos de su pasado: su aprendizaje con el ilustrador Dan Gregory, su relación con Marilee Kemp (su primer amor),...

Ella había vivido. Yo había acumulado anécdotas.

El título del libro hace referencia al personaje de un cuento infantil muy antiguo. Barbazul se casa muchas veces; en la enésima se lleva a su última esposa a su castillo. Le dice a la chica que puede entrar en todas las habitaciones salvo en una, y le enseña la puerta prohibida. Su nueva esposa no puede pensar en otra cosa que en lo que podría haber tras la puerta. Así que echa un vistazo cuando cree que él no está en casa, pero él está en casa. La pesca cuando ella está mirando, horrorizada, los cuerpos de sus anteriores mujeres, a las que ha matado por mirar lo que había detrás de la puerta. La curiosidad mató al gato

Al igual que Barbazul, Rabo Karabekian tiene una cámara secreta en la que oculta un secreto que sólo será revelado a su muerte, y constituye también la sorpresa final de esta historia.

Aparte de constituir una crítica velada al Expresionismo Abstracto, Vonnegut arromete también contra la política exterior estadounidense tras la postguerra, el fascismo, los genocidios del siglo XX, el mundo belicista y violento de los hombres frente al más pacífico y creativo de las mujeres, la energía nuclear,...

Me limitaré a decir lo siguiente, aunque sólo he visto la central nuclear en fotografías. Jamás he contemplado una arquitectura que dijera con más sarcasmo a todo el mundo: "Soy de otro planeta. Es imposible que me importe lo que sois o lo que queréis o lo que hacéis. Mirad, tíos: os han colonizado."

Un buen libro de Kurt Vonnegut, aunque he de decir que me gustó más Matadero Cinco

Bikos e apertas

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